Un ascensor monta varias correas de goma reforzadas con hilos internos, principalmente en el operador de puertas de cabina que si se rompen "nos quedamos atrapados"
Por eso hay que echarles un vistazo en la revisión de cada mes. Pero no mirarlas siempre por encima. Hay que dedicarles una visual en todo su recorrido y principalmente en su interior, en la zona de contacto con el canal de la polea de tracción del operador y las poleas arrastradas.
Si lo piensan bien, la mayoría de las correas de operador no se rompen por desgaste. Un gran porcentaje de las correas sustituidas no es precisamente por este motivo. Lo que habitualmente ocurre es que se deterioran, se resquebrajan, se le salen alambres por los lados o la goma pierde sus propiedades originales de elasticidad por la presión y por el paso del tiempo. Éste es el proceso natural de deterioro de una correa de operador de puertas.
Pero cuando el deterioro de una correa es muy acelerado, observamos mucha viruta de goma depositada alrededor y que pronto se va a romper, les puedo garantizar que es porque no está trabajando como debe. Debemos analizar los motivos. Los más probables son:
- Que ésta esté excesivamente apretada. En este caso van muriendo por desgaste pero también contribuyen al deterioro de los rodamientos o casquillos de los ejes de poleas motriz y arrastradas.
- Lo contrario, que la correa del ascensor esté muy floja y se produzcan deslizamientos en las zonas de contacto con las poleas. Principalmente en los finales de recorrido en apertura y cierre de las puertas. Es en estos puntos donde perderemos bastante goma, hasta incluso que se vean los hilos de acero o nylon interiores.
- Desalineada. Si la polea motriz del motor de puertas de cabina no está perfectamente alineada con la polea arrastrada entonces se producen desgastes laterales de la correa y al final se observarán también los alambres salir por los lados con el riesgo de engancharse en cualquier otra pieza del operador de puertas en su movimiento.
- Rozamiento con otros elementos del sistema de apertura-cierre de las hojas de cabina que acabarán desgastando en ese punto la correa y terminará con su rotura.
- Contaminación por aceite de guías. Es extraño esto pero alguna vez lo he visto. Los materiales basados en el caucho y los aceites son incompatibles ya que la goma se deteriora aceleradamente. A demás, lo primero que ocurriría es que la correa del ascensor patinaría en las poleas.
- Envejecimiento. En el caso de que no haya ninguna de las incidencias anteriores la correa se deteriorara por el paso del tiempo. Como mencionamos anteriormente, la goma perderá sus propiedades. Éste es el caso que más nos gustaría a los mantenedores de ascensores y es el fin que perseguimos.
Ahora vean unas fotografías que he ido recopilando y que muestran gráficamente lo que les he contado anteriormente:
Signos evidentes de desgaste y deterioro. Es necesario sustituir la correa lo antes posible. Esta correa me reveló que la polea tracción del motor de puertas de cabina estaba floja y de ahí el daño.
Aquí podemos observar como, por el lateral de la correa del operador se ha roto ya un alambre y se ha salido. Esto nos indica que pronto se saldrán más ya que se escucha un roce por ese lado con el chasis del operador. Antes de sustituir la correa hay que quitar el rozamiento evidentemente.
Ésto si que es un buen desgaste. Ésta es la zona de contacto de la correa con la polea motriz del operador de puertas en el final de cierre. Y es que el operador mantiene el motor actuando durante el viaje y al estar la correa algo floja ha estado patinando en esa zona. Lógicamente tras un tiempo ya se puede observar el daño. Hay que sustituirla inmediatamente y darle un poco más de tensión para evitar que ocurra otra vez.
Mismo caso anterior. Ésta es una correa dentada arrastrada por un piñón. En esta maniobra el motor también está actuando durante el viaje. Al estar la correa floja y por inercia, al final del cierre, se saltan los dientes una y otra vez hasta que se los come. La correa se queda lisa y se ven los hilos de nylon. Al final se rompió.
En este operador de puertas antiguo hemos revisado todo el ajuste de las correas y no hemos encontrado ninguna causa que justifique este daño. La tensión de la correa es más o menos adecuada y el alineamiento entre las poleas es correcto. No se observa ningún rozamiento con otras piezas y para nada está manchada de aceite. Así que llegamos a la conclusión de que el daño en esta correa (que está en toda la superficie interna) es por envejecimiento. ¡Así deberían de ser en todas!
Esto es un resumen de incidencias y problemas que nos pueden acarrear las correas que trabajan en el operador de puertas de un ascensor y de las causas que los pueden provocar. Ni están ni son todas. Estoy seguro de que tendrán en su mente alguna anécdota de algo que les ocurrió y que yo no he reflejado en estas líneas. Pues anímense a comentar y compartan.
Bien amigos y compañeros, espero que este artículo les sea de ayuda. Lo que les he contado es el fruto de mis experiencias pero más aún de lo aprendido de otros compañeros más sabios, incluso de algún que otro jefe ( algunos los hay buenos). Vaya por delante mi más sincero agradecimiento a ellos y a ustedes por seguirme.
Como dijo ¡sayonara baby!
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